Carlos Osvaldo Iglesias llegó a Chile en 1977 proveniente de
Buenos Aires, Argentina, instalándose en la ciudad de Temuco. En su ciudad
natal, el trasandino vistió como jugador cestero los colores de los clubes Boca
Junior y Deportivo General Roca, Luego, en nuestro país, defendió a Unión
Española de la capital de La Araucanía, Salesianos de Valdivia, Universidad de
Concepción, Banco del Estado, Seminario y Transmarchilay.
Dirigió al desaparecido Comunal Ancud. Regresa a la Isla y asegura que llegó para conseguir títulos con la "Celeste" Foto: Español de Talca. |
El argentino y
nacionalizado chileno en el año 1988 es casado y tiene dos hijos, Carlos y
Paula. Es apodado el “Che” y “Loco”
Recuerda sus primeros pasos como entrenador der basquetbol en
Chile. “Empecé a dirigir en la Unión Española de Temuco, donde salimos campeón
de la Dimayor. También dirigí a la Universidad de Temuco y salimos campeón dos
años y después me fui a Puente Alto. Luego estuve en Llanquihue y después fui a
Talca, donde el segundo año salimos campeones”, asevera.
El trasandino, quien fue director técnico del desaparecido Comunal
Ancud en el 2005, no obteniendo logros importantes y por ello tiene una
“espinita” clavada por conseguir un campeonato por esta ciudad.
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¿Por qué asume estar nuevamente en la
banca de Ancud?
Es un lindo desafío personal y quiero salir campeón con Ancud.
Cuando uno habla de salir campeón están todos los equipos en la misma posición,
todos quieren lo mismo. Cuando uno está fuera de acá, uno se preocupa cómo le
va a Ancud. Con decirte que cuando dirigí en Talca y cuando le ganamos al
Boston College sabíamos que ganando hacíamos subir un puesto a Ancud porque
queríamos jugar la final con ellos. Entonces, no es de ahora, imagínate, yo
legue de jugador aquí, donde empecé con Seminario y después se siguió con
Transmarchilay y Chilolac, esos procesos yo lo he vivido.
Por supuesto que se tuvo mucho éxito con Deportes Ancud,
bueno y ahora es el momento (…). Yo tenía para dirigir en varios lugares pero
el año pasado quise descansar. Porque dirigir no es fácil, sobre todo de la
manera que trabajo y que me gusta imponer determinadas cosas, es difícil. En
este desafío quiero ganar algo con Ancud.
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¿Cómo será es campeonato este año?
Todos los años es algo distinto porque se miras la lista
ahora de los equipos: como están armados, son nombres que nada tienen que ver
con los que tenían cada equipo. En esta lista estarán los diez mejores equipos
y que se han armado muy bien y el nivel va a subir mucho más. Ahora para salir
campeón va a costar mucho más.
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¿Cómo se está armando el equipo?
Queremos hacer un equipo lo más competitivo posible para
tener la posibilidad de ganar el campeonato. En su momento habíamos pensado e
traer jugadores pivotes que escasean muchos y que no pudimos conseguir, no
tanto por los precios sino porque los chicos están comprometidos con el
estudio; nosotros estamos en lugar donde no hay universidad, pero bueno,
siempre fue igual y no voy a cambiar ahora.
Creo que conformamos un equipo competitivo. Tenemos los
jugadores para la primera parte de la Liga Saesa, luego vamos a evaluar a José
Martínez, Samuel Bravo y Felipe Zapata que van a tener que jugar en esa
posición (pivote) y estando bien veremos la posibilidad de traer un extranjero
adentro y otro afuera. Eso siempre le gusto a la gente de Ancud (extranjeros
buenos), porque necesita espectáculo, todo el mundo se recuerda de Sowell y
queremos buscar un jugador de ese estilo dentro de las posibilidades.
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Vamos a la cancha, ¿cómo le gusta
parar un equipo, ofensivo o defensivo?
Cuando cuentas con determinado equipo te podés dar el lujo de
ser más ofensivo que defensivo. Cuando tienes un equipo que 50 por ciento es
defensivo y 50 por ciento ofensivo, me gusta ser más ofensivo. Pero normalmente
uno se tiene que adaptar a lo que tiene y sacarle el mejor provecho. Muchas veces la defensa te gana partidos, pero
hay que hacer los goles.
Cuando estuve en Talca nosotros éramos un equipo muy
ofensivo, podíamos correr, teníamos muchos rebotes y lo que hicimos diferente
fue que mientras los equipos atacaban 70 veces, nosotros lo hacíamos 90. Hasta
los terceros cuartos nos aguantaban los equipos porque nosotros seguíamos con
la misma intensidad. Otra modalidad que después fuimos agarrando, quiero hacer
lo mismo acá, es que no puedo entender que un jugador esté en cancha 20 o 15
minutos seguidos; la intensidad tiene que ser de tal manera que a los cinco
minutos pidas cambio; lógico, hay excepciones.
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¿Cómo ve al sexto hombre?
Han pasado generaciones y siempre es igual. El que viene acá
sabe que va a trabajar con presión y dependiendo de los resultados. En ese
sentido, estoy tranquilo porque a esta altura de mi vida, no me va ni más ni
menos que me puedan gritar cosas. Lo mío siempre fue el trabajo y yo voy a
seguir de la misma manera, Por supuesto, voy a tratar que Ancud gane en buena
ley.
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